Monologo de la limpieza parte 1.
Esta recien sacadito del horno, que los disfruten:
Buenas noches:
Hoy he echo limpieza en mi casa, a sido la peor limpieza que recuerdo en años. Han muerto 7 de mis mejores hombres. Decidimos empezar por la cocina, caso error. Las terribles pilas de platos sucios se sucedían uno tras otro, todos ellos cargada con gran cantidad de mierda. Por mucho que lo intentamos fue inútil, no conseguíamos nada, bote tras bote de "Fairi" (o el jabón verde) se sucedían, uno tras otro, su poder de limpieza ultra-concentrado nada hicieron contra las numerosas bacterias que se acumulaban en la cubertería. Tras arduos días de intensa lucha decidimos acabar con eso ya; tuvimos que tirar todo los platos, vasos etc..... Había que empezar de nuevo, así que fuimos donde años atrás compre toda la vajilla... "Chou-Li" (a si se llama el dependiente) me proporciono una nueva vajilla de plástico y me recomendó que no volviese a dejar los cubiertos sucios durante un año que luego pasa lo que pasa.
Tras la derrota de la cocina mis hombres estaban desmoralizados, así que como buen jefe de expedición que soy decidí ir a atacar al baño. Un objetivo aparentemente fácil (solo aparénteme). Nada mas entrar nos ataco las terribles ramas de una enredadera, tras horas de lucha descubrimos que era de plástico y que lo mejor era quemarla y cortar los problemas de raíz (ya se que aunque fuese natural la podríamos haber quemado, pero estoy en contra de la muerte a los seres vivos, excepto si son bacterias o ácaros). Tras la quema del enemigo lo siguiente fue la limpieza del suelo del baño...fue una carnicería. El suelo estaba súper-pegajoso, 3 de mis pupilos quedaron adheridos a este y fueron pasto de los ácaros. Esa noche celebramos un triste funeral en honor de los 3 valientes.
Al día siguiente nos propusimos hacer "vendetta", cargados con numerosas armas bacteriológicas (desodorante, ambientador de coche olor frutas del bosque y "air wick un toque"), entramos a saco. Una tras otra las bacterias caian, tras 6 horas de lucha llegamos al retrete, tras nosotros dejamos una limpieza legítima y un dulce olor a pino. Pero ahora llegaba el excusado....
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